Estábamos desayunando con Sebastián huevos estrellados y frijoles negros mientras hablábamos de la diferencia entre el pan que venden aquí en Houston (por lo menos el que está a nuestro alcance) y el pan de nuestros países. Una cosa llevó a la otra y pronto nos encontramos en internet con la receta de la marraqueta chilena y el pan francés guatemalteco, sorprendidos nos dimos cuenta que era la misma receta y la aventura comenzó.
Poco tiempo después comprábamos la levadura para pan y la harina en el supermercado no se necesita más que eso, los ingredientes son bastante sencillos:
- 1 kg de harina previamente cernida (cuatro tazas)
- 1/2 taza de agua tibia (para disolver la levadura)
- 1/2 cucharadita de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de levadura
Mezclamos la levadura con el agua tibia y el azúcar. Dejamos reposar un momento y luego agregamos la harina y la sal. La masa hay que dejarla crecer con la levadura, paso que duró para nosotros aproximadamente 10 minutos. Después de eso, metimos al horno el pan dándole forma de "pan francés o marraqueta" y lo dejamos estar a fuego fuerte (450ºF) por 25 minutos con una fuente de agua dentro del horno para evitar que se seque.
Cuando sacamos el pan 25 minutos después, no podíamos aguantar nuestra emoción, el olor indiscutible de pan recién horneado nos invitaba a una degustación "obligatoria". Aún con el pan caliente lo probamos y disfrutábamos el sabor que tanto habíamos añorado.
La segunda tanda salió poco después y vimos que la consistencia no era exactamente la deseada pero el sabor era el mismo: el pan con el que ambos habíamos crecido y al que estábamos acostumbrados desde siempre.
A medida que se fue enfriando el pan, se fue endureciendo y su consistencia cambió de un pan suelto a un pan compacto. Inmediatamente supimos que nuestra impaciencia por hacer el pan de forma rápida nos impidió reposarlo el tiempo necesario (una hora por lo menos) para dejarlo crecer y que al hornearse quedara suelto.
Creo que tendremos que repetir la experiencia enmendando nuestros errores y perfeccionando la receta hasta que nos quede un pan francés (o una marraqueta) envidiable. Mientras tanto, comeremos pan francés hecho en casa, algo que nunca creí posible... ahora a ver cuáles serán los resultados en la relación pan
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Estábamos desayunando con Sebastián huevos estrellados y frijoles negros mientras hablábamos de la diferencia entre el pan que venden aquí en Houston (por lo menos el que está a nuestro alcance) y el pan de nuestros países. Una cosa llevó a la otra y pronto nos encontramos en internet con la receta de la marraqueta chilena y el pan francés guatemalteco, sorprendidos nos dimos cuenta que era la misma receta y la aventura comenzó.
Poco tiempo después comprábamos la levadura para pan y la harina en el supermercado no se necesita más que eso, los ingredientes son bastante sencillos:
- 1 kg de harina previamente cernida (cuatro tazas)
- 1/2 taza de agua tibia (para disolver la levadura)
- 1/2 cucharadita de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharada de levadura
Mezclamos la levadura con el agua tibia y el azúcar. Dejamos reposar un momento y luego agregamos la harina y la sal. La masa hay que dejarla crecer con la levadura, paso que duró para nosotros aproximadamente 10 minutos. Después de eso, metimos al horno el pan dándole forma de "pan francés o marraqueta" y lo dejamos estar a fuego fuerte (450ºF) por 25 minutos con una fuente de agua dentro del horno para evitar que se seque.
Cuando sacamos el pan 25 minutos después, no podíamos aguantar nuestra emoción, el olor indiscutible de pan recién horneado nos invitaba a una degustación "obligatoria". Aún con el pan caliente lo probamos y disfrutábamos el sabor que tanto habíamos añorado.
La segunda tanda salió poco después y vimos que la consistencia no era exactamente la deseada pero el sabor era el mismo: el pan con el que ambos habíamos crecido y al que estábamos acostumbrados desde siempre.
A medida que se fue enfriando el pan, se fue endureciendo y su consistencia cambió de un pan suelto a un pan compacto. Inmediatamente supimos que nuestra impaciencia por hacer el pan de forma rápida nos impidió reposarlo el tiempo necesario (una hora por lo menos) para dejarlo crecer y que al hornearse quedara suelto.
Creo que tendremos que repetir la experiencia enmendando nuestros errores y perfeccionando la receta hasta que nos quede un pan francés (o una marraqueta) envidiable. Mientras tanto, comeremos pan francés hecho en casa, algo que nunca creí posible... ahora a ver cuáles serán los resultados en la relación pan
amplia mas la pregunta*